
Muchos llaman a esta carrera "la carrera más bonita del mundo y la más dura". Seguramente sea una exageración, pero no me cabe la menor duda que es una maravilla el poder correr por un entorno Patrimonio de la Humanidad durante 13,5 kms subiendo las duras cuestas de la Alhambra, Albaicín y Sacromonte.
Hacia las 9:00 llegué al acuartelamiento Cervantes y ya se notaba que era un día grande del atletismo en Granada con muchísimas personas calentando por los alrededores. La carrera costaba un euro que se donaba a Caritas y además se recogía kilo de alimentos para ellos. ¡Un bonito gesto sin duda!
A las 9:30 con puntualidad militar se dio el "cañonazo" de salida, y digo bien. Un cañonazo de artillería que despertó a todo el vecindario sin ninguna duda y que lanzaba la carrera rumbo al corazón de Granada. Jesús y yo tomamos la salida un poco retrasados, pero es que la gente se situó demasiado rápido en la salida y había casi 2000 personas.

Me volvió a coger José María y me animó a que fuese con él. Pasamos por el ecuador en 29:30 y queríamos intentar bajar de la hora. Las vistas de la Alhambra desde el Albaicín y el Sacromonte son espectaculares y las callejuelas de laberinto siempre te deparan una sorpresa de 90º, o subida o bajada, pero eso de llanear no se lleva en estos barrios. Los militares hicieron una labor extraordinaria para señalizar las calles y que no nos perdiésemos por aquellos laberintos. Al empezar a bajar José María se me fue por delante y no pude seguirle, aunque intenté llevar un buen ritmo por sensaciones.
Al llegar abajo a calle Elvira, me encontraba bien y apreté los últimos dos kilómetros, pero apenas pude adelantar a un par de corredores. Finalmente crucé la meta en 1h01'16'' oficial en el puesto 135 de 1204 que terminaron. ¡Muy contento con el resultadoy encantado con la organización y el lugar!
¡¡El año que viene volveré!!
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